Amaneció un primoroso día de primavera, uno de esos días en los que solo mirar el cielo, dejarte acariciar por ese ligero viento, husmear el horizonte…, te revive la savia por las venas recordando nuestra innata raíz animal, olvidando preocupaciones vanas y reconciliándote con lo que de verdad importa, vivir con los cinco sentidos y compartir con nuestros seres queridos.

Con ese chute de energía y optimismo ocupamos el autobús que nos llevaría a la vertiente segoviana del Real de Manzanares, a conocer sus tradiciones, vestigios históricos patrimoniales y el aprovechamiento ancestral del agua. Un plan perfecto para nuestras mentes curiosas y nuestras piernas andarinas, de la mano de uno de los excelentes guías que tenemos en esta Sociedad Caminera del Real de Manzanares: Manuel Chamorro que se ha convertido en un extraordinario especialista de los usos del agua en las poblaciones del Real de Manzanares a través de la historia.

Llegamos a la Granja de San Ildefonso, y tras una pequeña parada para «desbeber», contemplamos el maravilloso espectáculo de la nieve coronando las cimas de la sierra de Guadarrama. Comenzamos entonces la marcha saliendo de la Granja de San Ildefonso al encuentro con el río Cambrones.

 Manuel nos explicó: El río Cambrones es un río corto de 15 km más o menos, situado en la provincia de Segovia y la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Está dentro del parque natural Sierra Norte de Guadarrama. Nace en el puerto de Malangosto, fluye flanqueado por la Atalaya, donde, en el pasado se asentaron repoblaciones desde la época de Alfonso VI hasta la de Alfonso X. Discurre  en dirección oeste – este, con dos tramos, uno de alta montaña y otro entre prados (que es donde se sitúa la cacera), desembocando en el embalse del Pontón. Volveríamos de la ruta circular,  terminando en el antiguo molino de Gamones.

Cambroño

Sobre el Cambroño, que dá nombre  al río y a la ruta, es una planta arbustiva de género adenocarpus (hispánicus) de la familia de las fabacias,  (legumbres). La flor una inflorescencia con forma amariposada, floreciendo en esta época del año. En los Molinos tiene su propia fiesta anual con actividades lúdicas y culturales en reconocimiento al cambroño Fiesta del cambroño en Los Molinos.

El bosque por donde transitábamos, era un espectacular bosque de ribera, fresnos, Fraxinus excelsior (fresno común o de hoja ancha), Fraxinus angustifolia (fresno de hoja estrecha) y Fraxinus ornus (fresno de flor), saucedas, sauces (salix) de tres variedades alba, frágilis y trianda. El agua del Cambrones corría alegre y en abundancia vivificando la tierra que surcaba alegrando a los seres que la contemplábamos un poco admirados y otro poco pasmados.  Manuel nos explicaba que más arriba cuenta con seis grandes marmitas de gigante o pilancones esculpidos en la dura roca por la incansable fuerza de la caudalosa corriente del serrano Río Cambrones.

 

Puente de madera

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Llegamos a un puente de madera, sobre el que se cernía la promesa de una «aventura». Resultó ser un mirador estupendo para contemplar el señorío del agua sin ninguna anécdota que reseñar. 

 

 

 

Continuamos ascendiendo por la ruta disfrutando de cada metro, de cada tramo, por el espectáculo que nos ofrecía la tierra enriquecida por la extensa temporada de lluvias que hemos tenido. Esta abundancia de agua se reflejaba en los musgos, en los líquenes, en las plantas despuntando sus brotes, desperezándose del invierno,  acompañándonos en el recorrido, junto con el espectáculo inigualable de un río bullicioso que saltaba gozoso sobre cada recoveco, piedra u obstáculo proyectando todo su poderío.

 

 

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Un desfile de imágenes, en el que desearías que se detuviera el tiempo y sin embargo, paradojas de la vida, debíamos seguir el paso para completar el programa que nos habíamos propuesto, llegamos al punto donde se inserta la toma de la cacera madre.

 

 

Manuel «dixit» :Donde nos encontrábamos era donde nace “la madre”. El punto donde se desvía el curso del río para canalizar la cacera,  es lo que llaman “la madre”. “La madre” que posibilita el desarrollo económico de todos los pueblos de aquí abajo de Segovia desde Mil cuatrocientos, de esta acequia, canal, regadera, cacera, con diferentes denominaciones según el territorio, dependía la vida, el lino, el ganado, los cultivos, los molinos, la industria lanar…

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Aunque ha habido siempre mucho run-run sobre las caceras; cuando hubo mucha industria lanar en Segovia que había más de 600 telares y necesitaban mucha agua, las disputas se multiplicaban, pues las necesidades de agua para el lino y para la industria lanar, que fue muy potente en Segovia desde el siglo XVII hasta el siglo XIX, competían por este agua, preciado regalo de la tierra, que los humanos han intentado domarla de acuerdo con sus intereses. La cacera, como se denomina en estos lares, es una estructura hídrica artificial creada por el hombre para usos, sobre todo, ganaderos de los pastores y de los cultivos.

Se ha hablado mucho del Tribunal de aguas de Valencia, el Consejo de Hombres Buenos de la Junta de Murcia…, en este lugar, en Segovia, existían la Juntas de Agua, en las que los próceres constituían un tribunal para los asuntos de riego, estableciendo turnos para inundar (como se regaba antes) los campos de uno u otro vecino. Durante casi 7 siglos este agua canalizada en las caceras, infiltrándose por ellas, llenaba acuíferos y más abajo, permitía que los prados se inundaran por turnos aprovechando la comunidad este preciado recurso.

En la madre se capta agua, y realiza la cacera que llega, en este caso, a 13 pueblos (tres de ellos actualmente despoblados). Se habla de 50 caces, este es el volumen de agua que se extrae por la cacera,  y se reparten en la “caseta de reparto” que tiene dientes, y la zona por donde pasa el agua, se llama boquerones, y; con arreglo a los pastos que tenga cada uno, dependiendo de las vacas u ovejas, según los cultivos de lino,  trigo,  cebada, o centeno, que eran los cultivos de la zona, se tenía más o menos derecho a aguas, en correlación también con los diezmos que se pagara, en función de la rendimiento productivo de esas tierras. 

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En principio, la intención era continuar la ruta hasta el nacimiento del Cambrones, pero el terreno, a partir de este punto se hacía impracticable en la margen del río, por lo que nuestro guía nos propuso continuar parte del ascenso, por otra vía en la que, si bien no pudimos contemplar los famosos pilancones o calderas, admiraríamos en toda su majestuosidad el relieve de la sierra de Guadarrama (Siete Picos, Peñalara), la Atalaya y las diferentes especies de árboles en los bosques dependiendo de la altitud. 

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Después de un ascenso con unas vistas espectaculares, y un cielo primaveral en todo su esplendor, llegamos a un promontorio rocoso, donde tomamos un respiro disfrutando de la visión de la sierra de Guadarrama en toda su plenitud con las cimas nevadas, y las nubes cabalgando en su escolta hacia el más allá de toda belleza..

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Como siempre nos dicen nuestros camineros especialistas en botánica, pudimos ver las especies de árboles que se desarrollan dependiendo de la altitud y el agua. Manuel, cual caballero del Renacimiento, con vastos conocimientos de todo tipo, nos señaló los estratos: Más abajo tenemos el bosque de galería, esas alineaciones de las copas los Álamos el populus alba y nigra, ya en un piso superior tenemos el roble, el melojo, Quercus pyrenaica (melojo, rebollo, roble negro), fagínea y, ya más arriba el pino silvestre. Ole con ole y olé.

Vista aérea de los montes Carpetano y la Sierra de la Atalaya. Foto de Adam Cli

Descendimos para volver a encontrar el río, y continuamos por la orilla de la cacera, deteniéndonos para observar una media luna y una cruz excavadas en la rivera que, según nos explicó Manuel, era la señal de que hasta ese punto se había adecentado la cacera por las gentes de los diferentes pueblos, limpiándola y dejándola hábil para su uso. Que la señal continúe incorporando la media luna, símbolo de la cultura musulmana expulsada hace siete siglos, denota que fué una labor que, probablemente, iniciaran ellos y continuaran los repoblamientos cristianos después.

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Continuamos la ruta,

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más adelante,  ya frente a la población de la Granja de San Ildefonso, nos detuvimos para examinar unos vestigios de  un episodio de la Guerra Civil, que Eulalia Ramirez Nueda, nos contextualizó: Fue una maniobra del Ejército Republicano con un doble objetivo: -dividir el territorio en manos del golpista Francisco Franco que dominaba la franja oeste del territorio español, desde Andalucía hasta Galicia, ayudado por los ejércitos italianos y alemanes, y , de paso, desviar tropas sublevadas a este frente para evitar la caída del territorio vasco. La maniobra fracasó, en gran medida porque la munición del ejército republicano estaba muy deteriorada, detonando solamente 80 proyectiles de los 8.000 que se dispararon además de que fuera abortada la sorpresa del movimiento de tropas.

Continuamos hasta el Molino de Gamones, muy deteriorado en la lista roja de Hispania Nostra. Este molino en su origen fue harinero, posteriormente lo compra un industrial belga y lo convierte en fábrica de hebillas y cadenas con uso hasta finales del siglo XIX, Hoy en día tiene un grave daño estructural.

El molino de Gamones incluido en la lista roja de Hispania Nostra por su deterioro estructural.

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Llegamos al autobús para partir raudos hacia la visita del Ecomuseo del Pastor del agua en Cabanillas del Monte. En el camino, Manuel nos señaló la caseta de reparto, donde la cacera se dividía y repartía sus caces entre dos líneas para abastecer los territorios de diferentes pueblos.

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Allí nos esperaba David Martin que junto con Mar Pinillos llevan años divulgando los usos ancestrales de agua en la sierra de Guadarrama, la cultura alrededor de las caceras que, como un verdadero sistema nervioso, dotaron a la Sierra Norte del Guadarrama de un particular sistema económico basado en el trabajo comunitario, el conocimiento y aprovechamiento del medio con respeto y; una especie tribunales o juntas de hombres elegidos por los vecinos para aplicar unas normas del uso del agua y de los pastos comunales.

La vida por aquellos lares, se basaba en el agua, el ganado, el lino, los pastos comunales y el trabajo comunitario. David, nos habló también de una figura que era el pastor del agua, éste se dedicaba a guiar y a cuidar el agua del pueblo durante el tiempo en el que se realizaba el aprovechamiento de la cacera, en este caso desde el 1 de abril hasta el 29 de septiembre que es el día de San Miguel. Esa persona se elegía dependiendo del pueblo unas veces por turno, otras veces mediante subasta, es decir, el que más barato lo hiciera se quedaba con ese encargo y luego se le daba un dinero, o bien se le dejaba meter algún tiempo o alguna vaca más, en las dehesas comunales.

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David es un magnífico comunicador que hizo las delicias de los camineros narrando anécdotas del lugar, la vida en los pueblos alrededor de las caceras, el lino, cultivo abandonado que fue de vital importancia en estos lugares para todo tipo de usos.

El último sábado del mes de mayo se celebra el día de la cacera mayor del Cambrones. Los vecinos de los pueblos se juntan para limpiar la cacera, es una fiesta de reencuentro donde los paisanos, el trabajo, la comida y la bebida son los protagonistas de la jornada. Esta cacera del Cambrones, según la tradición oral, data del siglo XI, cuando habitaban juntos moros y cristianos y trabajaban unidos para asegurar un futuro para todos. Por ello se cava una media luna y una cruz en las zonas donde comienzan y finalizan cada uno de los quintos, que les corresponde limpiar a cada pueblo. Del año 1221 son las primeras noticias escritas documentadas sobre el aprovechamiento en común  de las corrientes de agua y de los usos a los que se destinaba. Estos documentos corresponden al Monasterio de Santa María de la Sierra y los pueblos aledaños.

Mar Pinillos y David Martin han escrito dos libros uno «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama»  (Conocer para conservar 1), y «El lino, devanando la madeja»  (Conocer para conservar 2), de la editorial Conocer para conservar. Tenada del Monte. Son dos libros magníficos Ilustrados con dibujos y acuarelas de Mar Pinillos, es un placer su lectura, muy aconsejable. Se les puede seguir en facebook https://www.facebook.com/escueladenaturalistas/?locale=es_ES

Libro de actas Junta de agua dibujo de Mar Pinillos

Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama

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Y en Instagram https://www.instagram.com/tenadadelmonte/

 

 

 

 

También nos explicaron todo lo relativo a lino, desde su plantación, la fibra, hilar el lino, tejerlo, diferentes usos… y nos enseñaron todos los instrumentos que se utilizaban en la vida del lino.

Una maravillosa exposición verbal e interactiva, ya que pudimos tocar y observar aquellos objetos tantas veces usados por nuestros ancestros.

Sin embargo, los estómagos rugían demandando manduca y proseguimos nuestra jornada para pegarnos una bien merecida merendola en las pozas del lino en Torrecaballeros.

Poza de lino

Tomando posiciones para la merendola.

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Después de dar buena cuenta de nuestra provisiones, observar el salto de alguna rana y admirar lo bonito que está el campo en esta primavera, regresamos al autobús para conocer el Monasterio de Santa María de la Sierra en Collado Hermoso.

Santa María de la Sierra

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Llegamos al monasterio. Actualmente está en manos privadas, se ha hecho una consolidación de las ruinas observando la construcción original y retirando elementos que se habían añadido por anteriores propietarios. Los dueños actuales tienen varias instalaciones con telares y cocinas para elaborar tintes naturales. Parece ser que este monasterio, tiene sus orígenes sobre 1127, mediante una donación del rey Alfonso VI a los monjes de la Abadía de Sotos Albos. Santa María de la Sierra se convierte en el árbitro del uso del agua de los ríos Pirón y Pironcillo y esto se documenta en fechas tan tempranas como 1139. El conflicto debía de ser importante porque se resuelve por Bula Pontificia de Inocencio II. Con esta condición le llega hasta las desamortizaciones del siglo XIX  después de pasar en numerosas ocasiones por diversos juzgados, pleitos que siempre ganaba el Monasterio.Santa María de la Sierra, que controlaba el paso del Malagosto desde sus orígenes hasta bien entrado el siglo XIV, cuando comienza la cesión de las tierras ubicadas al sur de la cordillera con la fundación del Monasterio de El Paular. En plena Edad Media Santa María de la Sierra contaba con territorios en la cuenca del río Jarama, en Viviero y Guadalix.

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En el año 1219 hay constancia de que ya había pasado a pertenecer a la Orden del Cister.  Los reyes de la dinastía de Trastámara usaron sus dependencias. Parece que se albergaban durante los veranos en los siglos XIV y XV y lo empleaban como descansadero de los viajes a través del Malagosto, a juzgar por el relato relativo a Enrique IV. La Sierra era el final del camino más corto entre Rascafría y Segovia. Santa María será, hasta el siglo XVI, lugar de reposo de los reyes de Castilla y finca de caza, que debía de tener en abundancia.

 En 1498 pasa a depender de la abadía de Sacramenia. Su decadencia empezó en 1504, y fue perdiendo monjes hasta el siglo XVIII; cuando se estableció una granja para explotación silvícola y contaba con un molino y un horno de cocer ladrillos, disponiendo de documentos por los que éste se subastaría como parte de los bienes desamortizados en el siglo XIX.

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Fue declarado monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional el 3 de junio de 1931, durante la Segunda República, mediante un decreto publicado el día 4 de ese mismo mes en la Gaceta de Madrid, con la rúbrica del presidente del Gobierno provisional de la República, Niceto Alcalá-Zamora, y el ministro de Educación Pública y Bellas Artes, Marcelino Domingo y Sanjuán. En la actualidad es Bien de Interés Cultural.

El monasterio está en un lugar impresionante, una vistas espectaculares.  El lugar, el contacto con la naturaleza, invita al sosiego. Una se pregunta cómo el ser humano es capaz de construir tal belleza y en otras ocasiones, cometer tantas crueldades. Desgraciadamente, en estos momentos vivimos con las pupilas llenas del dolor de bombardeos a inocentes, ante la indiferencia de naciones que no obligan a parar este horror.  Este maravilloso sitio, nos aisla de la impotencia que nos embarga porque no somos capaces de convertir el dolor en belleza, o al menos de pararlo. Todas estas cuestiones me venían a la cabeza.

También, mi mente divagaba escudriñando escenas y conversaciones de otro tiempo, donde monjes, plebeyos y nobles deambulaban en su quehacer cotidiano por las diferentes estancias del monasterio.  y  tal vez, también, imploraban consuelo entre las columnas y los capiteles del templo.

Después, visitamos el singular huerto con plantas tintoreras que los propietarios actuales han elaborado. Está muy bien hecho y es muy curioso de conocer. En cada planta se incluye un cartel que describe el nombre de la planta, los colores del tinte que proporciona y las partes de la planta que se utilizan. Si alguno quiere repetir la visita se concierta en el bar frente a la gasolinera de Collado Hermoso, es una visita, también, muy «hermosa».

Finalmente, cansados de tantas emociones regresamos a Torrelodones agradeciendo a Manuel Chamorro, el interesante día que nos proporcionó. También nos ha dejado bibliografía para el que quiera profundizar en los temas que tratamos.

Camineros en Santa María de la Sierra

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 

Comunidad de Madrid. Ciencia y memoria del Guadarrama en Joaquín María de Castellarnau (Clásicos del Guadarrama). Comunidad de Madrid, Consejería de Medio Ambiente, Dirección General de Promoción y Disciplina Ambiental 2003. 

 De Miguel CF. Las líneas de defensa de Segovia. Fortificaciones de la Guerra Civil en torno a la capital (Colección Segovia al Paso nº 18). Segovia, Real Academia de Historia y Arte de San Quirce 2018. https://realacademiadesanquirce.es/?page_id=577 

García JL, Moreno JM. Paseos por la historia de la ciencia en Segovia (Colección Segovia al Paso nº 17). Segovia, Real Academia de Historia y Arte de San Quirce 2018. https://realacademiadesanquirce.es/?page_id=568 

Monge AM. Santa María de la Sierra: una curiosa opción ornamental dentro del Cister castellanoleonés. Anales de Historia del Arte 2012; (vol. Extraordinario enero) pp. 331-351.  

https://www.researchgate.net/publication/272650152_Santa_Maria_de_la_Sierra_una_curiosa_opcion_ornamental_dentro_del_Cister_castellanoleones 

 Plaza E. La Junta del agua de la cacera del rio Cambrones (la Noble Junta de Cabezuelas). Un modelo de autonomía jurídica. Estudios Segovianos (Boletín de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce) 2015; Tomo LVII (nº114): pp. 97-134.

https://estudiossegovianos.es/?page_id=7479

 Senent MP, Martín N. El monasterio de Santa María de la Sierra de Collado Hermoso (Segovia) en sus documentos. Oppidum Cuadernos de Investigación 2021; (vol. 17): pp, 361-390. 

https://oppidum.es/oppidum-17/opp17.14_pia-martin_el.monasterio.de.sta.maria.de.la.sierra.pdf 

 Soler JM. El patrimonio industrial en Segovia. Huellas de la antigua industria (Colección Segovia al Paso nº 16). Segovia, Real Academia de Historia y Arte de San Quirce 2014: pp. 85-86. https://realacademiadesanquirce.es/?page_id=567 

 Universidad y Tierra. Castellarnau. Universidad y Tierra. Boletín de la Universidad Popular Segoviana 1934; año I (nº2-3 abril-septiembre): 177 pp.

https://www.castellarnau.org/files/plugin/contenidos/pdf/Castellarnau_UniversidadYTierra.pdf  

 

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