El pasado sábado 6 de Mayo, fue una fecha crucial, que esperamos sirva de hito para cambiar el destino de Navalquejigo; dirigiéndose desde el abandono que sufre en la actualidad,  hacia un futuro en que aseguremos un porvenir a este conjunto. Que este patrimonio, antaño  una Villa orgullosa, ejemplo de prosperidad, solidaridad y convivencia, perdure como ejemplo de lo que una colectividad, trabajando en el común de todos, consigue construir un porvenir colectivo, beneficiándose, a la vez, cada individuo de lo construido por el conjunto.

El sábado, el Ayuntamiento de El Escorial, su concejala de Núcleos Territoriales, María del Mar Hernández Sánchez y la Plataforma de Salvemos Navalquejigo, en la que la Sociedad Caminera, lleva trabajando mucho tiempo, organizaron una jornada en la que por la mañana disfrutamos de un paseo por Navalquejigo, conducido por los historiadores  Daniel Martín Soler y Gregorio Sánchez Meco. Ellos nos comentaron los interesantísimos detalles históricos de la Villa y la Iglesia de la Exaltación de la Santa Cruz, y el equipo de restauradores: Joaquín Ibáñez, Marian Álvarez-Buylla, Rafael Guridi y, Cristina Tartás, que nos trasladaron su ilusión por llevar a cabo este proyecto, para salvar el edificio de la Iglesia fortificada, mediante una consolidación de las ruinas y una futura restauración. Subrayaron la importancia de involucrar a los ciudadanos, a la gente de a pié en el proyecto, contar con la participación de las asociaciones y por supuesto, del Ayuntamiento de El Escorial, que es necesario, siga apostando por la viabilidad de este proyecto.

Por la tarde tendría lugar la presentación del libro Navalquejigo, su historia, editado por el Ayuntamiento de El Escorial y escrito por los historiadores Daniel Martín Soler y Gregorio Sánchez Meco. Un libro que no os podéis perder, porque, desgraciadamente, contamos con pocos ejemplos que nos cuenten la historia de nuestras poblaciones tan estupendamente como el citado libro. Se puede conseguir en la oficina municipal de los Arroyos, en el Ayuntamiento de El Escorial y en el estanco.

Os detallo algunos apuntes sobre los acontecimientos históricos que hicieron destacar esta población.

Navalquejigo fue fuerte, poderoso e importante mientras su población permaneció unida y vinculada a intereses comunes, cuando alguien de fuera desplazó los intereses comunes, por una ensoñación de aspiración individual, la población pasó a servir a aquél que se apropió de los bienes comunes que antes servían a toda la colectividad.

 

Mientras el pueblo permaneció unido y mantuvo vínculos vertebradores de esa realidad, aquello funcionó, cuando surgió la individualidad y la apropiación particular de los bienes, terminó por desaparecer y convertirse de alguna manera en lo que hoy es, un fantasma de lo que fue, que permanece sin vínculo a la colectividad.

En los años centrales del siglo XII, los almorávides son derrotados de forma definitiva en la península y la «franja» (frontera entre el mundo musulmán y la reconquista de territorios por la nobleza cristiana)  se traslada al sur del Tajo.  Los habitantes segovianos, dirigidos por su caballería «villana», abrieron rutas de comunicación  creando  cañadas, ramales, coladas, alberguerías, ventas, etc. La ganadería es el hilo conductor de la expansión.

Todo el espacio que fue Navalquejigo, que abarcaría lo que hoy es el limite con Galapagar, hasta  la Gran Cerca de Felipe II, no era otra cosa que una cañada real, camino público y espacio abierto, para que pudiera transitar quien quisiera, con toda libertad, Los ganaderos atraviesan la zona, viajando hacia el sur. Detrás vienen los agricultores; de ese inmenso alfoz de carácter comunal, sólo utilizan lo necesario para su sostenimiento, es decir, construyen su casa, y el herrén, todo el espacio bajo una misma cerca, el herrén es el espacio donde se alimenta el ganado.

Un espacio inmenso, de carácter colectivo, a uso y disfrute de todo el vecindario, salvo algunos espacios cerrados, segregados que se consideran privados, pero toda la organización social, que se va a establecer, va a estar en función de esta colectividad.

Resultado, a esta cañada se le va a añadir un elemento fundamental que es la Carrera Toledana. La Carrera Toledana, es el camino que viene de Toledo y vincula Andalucía con Segovia, el eje Burgos-Bilbao y Burgos -Vitoria.

Esa Carrera Toledana es un elemento de tránsito fundamental. El primer establecimiento que surge en la zona de Navalquejigo, es el Ayuntamiento. El Ayuntamiento es el lugar donde está la casa del Alcalde, y la casa del comercio: la tienda, el mesón. Cualquier cosa que se se comercia se hace en el Ayuntamiento. el mesonero es el que vende cualquier tipo de producto, une el carácter colectivo que tiene la cañada y el carácter comercial que tiene la Carrera. Felipe II cierra la cerca y los lugareños del pueblo le piden una única cosa, que no toque la Carrera Toledana, porque es el eje comercial Carrera y cañada, el que sostiene el municipio y a su comunidad.

Resultado, esa población que se asienta sobre el siglo XIII-XIV va a organizarse vinculada siempre a la Cañada. Un dato para que se evidencie hasta que punto coinciden los intereses de los campesinos con los de los ganaderos segovianos, es que aún manteniendo los ganados mesteños el derecho a circular por cualquier territorio del lugar de Navalquejigo, la propia institución de la Mesta, con el objetivo de que los vecinos pudiesen incrementar sus espacios comunales concejiles y su derecho a usufructuar el terrazgo, los ganaderos trashumantes se comprometían a no abrir nuevas sendas y a utilizar un itinerario fijo, a cambio de que la anchura de la cañada superase en buena proporción las «90 varas obligadas».

Igualmente y por este acuerdo, se establecía la denominada «cañada de hoja». Consistía en un acuerdo por el que los vecinos de los lugares comprendidos desde el Puente del Herreño hasta Quijorna, se comprometían a no poner en cultivo ninguna tierra de pasto que pudiera ser de uso ganadero, y a utilizar como tierras de cultivo las empleadas en su recorrido por los ganados mesteños, siempre bajo el régimen de año y vez.

Picota

Es decir, a través del sistema de rotación bienal, respetado por los ganaderos, los campesinos sembraban un lado de la cañada, mientras que las reses mesteñas, circulaban y pastaban por la otra mitad del lado opuesto. Al año siguiente, los ganaderos utilizaban como itinerario de recorrido el espacio cultivado el año anterior, mientras los agricultores ponían en sembradura, el itinerario recorrido hacía un año por los ganados.

Fuente

De este modo, los habituales conflictos entre ganadería trashumante y labradores, se superaron, ya que los ganados se aseguraban el libre uso de la cañada, mientras los agricultores podían utilizar el estiércol de los ganados trashumantes como abono en su deambular por uno de los lados de la cañada. (Navalquejigo su Historia pag. 24)

Otro ejemplo de  lo fuertes lazos de solidaridad de los habitantes de Navalquejigo, es que se disponía de 10 carretas en todo el término, 5 debían quedarse permanentemente por si surgiera alguna necesidad urgente. Los bienes estaban al servicio prioritario de la vida de los vecinos, Otra señal de lo bien que funcionaba esta colectividad, donde primaban los intereses comunes, era que la arrienda de la taberna ( unos mil reales) se utilizaba para pagar los impuestos reales de la villa. También se subastaban los árboles que se necesitara para madera, y con esos fondos pagaban la escuela, la reparación de caminos, el cura, etc… de tal manera que los gastos se pagaban por la comunidad, con los bienes comunales.

Más tarde, en el siglo XIX, comienza la individualización de las parcelas, se debilita la situación social del conjunto, con la desamortización una familia acapara las parcelas y los aldeanos se convierten en jornaleros del propietario con un incierto futuro.

Estábamos todos tan emocionados en la historia de estos pobladores de aquellos tiempos y aquellos lares, que alguien propuso grabar una especie de documental para que el público en general conozca los detalles de aquellas vidas, y como sus pobladores, juntos, se enfrentaron con éxito a las vicisitudes del destino, hasta que el veneno individual emponzoñó la comunidad, disolviendo sus lazos y llevando a la ruina a la Villa de Navalquejigo.

Por la tarde nos presentaron el fabuloso libro, con los agradecimientos a  quienes colaboraron para que fuera posible, destacando Cristian Martín Palomo alcalde de El Escorial, Ana Luzón García, Archivera del Ayuntamiento de El Escorial, etc, y por supuesto, quienes lo han escrito Daniel Martin Soler y Gregorio Sánchez Meco. Una tarde también memorable en la que disfrutamos de lo lindo, y en la que nos reservaban una excelente sorpresa: Ernesto, trabajador de el Ayuntamiento de El Escorial involucrado en el proyecto, había preparado unas proyecciones en 3D de lo debió haber sido la Iglesia. De repente, las ruinas tomaron cuerpo ante nuestra sorprendida y extasiada mirada. Los fantasmas de Navalquejigo se encarnaban en la pantalla. Un espectáculo admirable. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Recomendaros de nuevo que adquiráis el libro, que es una verdadera joya, y para finalizar, cito la última frase del libro, en su contraportada, escrita por  Tamara Ontoria, hija y nieta de personas que allí vivieron durante años.

«Porque ningún pueblo o poblado está abandonado salvo cuando todo el mundo lo olvida.»

 

 

 

 

 

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