Ruta circular por el Monte público EL EJIDO en Hoyo de Manzanares.

Recorriendo algunos de los caminos públicos y vías pecuarias de 

Hoyo de Manzanares.

Nos encontramos frente a las instalaciones militares de Hoyo de Manzanares en una mañana que prometía ser una estupenda jornada andarina. Después de saludarnos efusivamente (sobre todo Hatsune §), porque a las camineras y los camineros, nos gusta reencontrarnos y compartir el camino en todas las ocasiones que podamos; José Luis Soriano, que sería el sherpa caminero en esta jornada, procedió a contextualizar el lugar donde nos encontrábamos.

Estábamos en el aparcamiento, frente a la Academia del Arma de Ingenieros, institución para la formación militar, fundada en 1803 en Alcalá de Henares, trasladándose a diferentes ciudades, hasta 1986, año en el que la ubicaron en Hoyo de Manzanares.

El acuartelamiento, en pleno parque regional de la Cuenca Alta del

Manzanares, tiene una superficie aproximada de 84 ha y limita al norte y al este con el campo de tiro y maniobras de El Palancar, terreno que fundamentalmente pertenece a Cerceda.

En esta Academia se forman los futuros Oficiales, Suboficiales  y soldados de las especialidades de ingeniería y transmisiones del Ejército de Tierra. También aquí, están ubicados el Centro Internacional de Desminado (CID) y la Escuela Militar de Defensa NBQ (Nuclear, Biológica y Química).

El terreno que en ese momento pisábamos es monte público, en este caso la titularidad es de Hoyo de Manzanares. Monte El Ejido Nª10 167 Hectáreas , LIC (Lugar de Interés Comunitario: aquel lugar que contribuye de forma apreciable al mantenimiento o, restablecimiento del estado de conservación favorable de los tipos de hábitat naturales y los hábitat de las especies de interés comunitario en su área de distribución natural LIC) ES3110004 «Cuenca del río

Manzanares», Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Catálogo de 1901. Los montes de titularidad pública han sido declarados como tales para satisfacer necesidades de interés general al desempeñar preferentemente funciones de protección social o ambiental según lo establece la ley forestal y de protección de la naturaleza de la Comunidad de Madrid.  

En 1855, en España, se produjo la desamortización de Madoz, Ministro de Hacienda en esa época. Debido a la catastrófica situación de las arcas públicas; se procedió a la venta en toda España de los terrenos en poder de las llamados «manos muertas», (terrenos de la iglesia, otros de aprovechamiento común de los vecinos,  etc.). Por tanto, estos terrenos pasaron a manos privadas proporcionando unos ingresos cuantiosos que minoraron la gran deuda contraída. Nominalmente se buscaba el aprovechamiento de tierras y fincas, sin embargo, como sabéis, tuvo unas consecuencias perversas para el común de la población diseminada en las zonas rurales del país, ya que se hicieron lotes muy grandes, impidiendo, de facto, a los vecinos pujar por ellos, debido a sus ínfimos recursos. Quedaron así, muchos lugareños sin medios para subsistir, ya que se usaban estos montes comunales para el ganado, para extraer leña para la cocina, calentarse y venderla o intercambiarla, cazar algún gazapo… Muchos de estos terrenos pasaron a manos de grandes terratenientes, haciendo más penosa si cabe, la subsistencia de muchos vecinos, que tuvieron que emigrar y buscarse otros medios de vida. 

El 10 de Mayo de 1856 El Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares acuerda solicitar al Excelentísimo Gobernador de la provincia que el «monte de El Ejido» , sea declarado exento de la desamortización, se reúnen el plenos del Ayuntamiento y el pueblo, leen la Ley de desamortización a fin de declarar si las fincas son de propios o de comunes o de aprovechamiento común. Acordaron que inmediatamente y con vista de la «Concordia» otorgada entre ésta y la Villa de Madrid de Febrero de 1628 exceptúen de desamortización el monte de «Chaparro bajo» enclavado en la Dehesa del Ejido. Con arreglo al párrafo 2º, artículo 2º de dicha ley de exenciones. Dicha carta se entrega en propia mano al gobernador presentando los títulos originales de propiedad.

Desamortización de Madoz en Hoyo

Este fue el motivo por el cual, el monte de El Ejido, permanece hoy como monte público, patrimonio público de Hoyo de Manzanares y sujeto a la protección del parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares y Reserva de la Biosfera. Parque Regional Cuenca Alta Manzanares

Comenzamos a caminar, deteniéndonos en unos carteles que indican Anillo Verde. En él comentamos, que es una pena el dinero derrochado en un proyecto que podría ser estupendo, pero, ni la señalética está homologada, en muchos tramos el camino se pierde, no hay información sobre la situación, ni descripción de detalles o dificultades del camino, los mojones son de granito con cantos pulidos de un costo muy considerable y no ofrecen apenas información, etc…, en fin mucha propaganda y un pésimo desarrollo y mantenimiento, que desemboca en un despilfarro desolador de los recursos Next Generation que deberían servir para desarrollar nuestro entorno bajo los fines de la agenda 2030. 

Iniciamos la andadura,  hasta llegar a una zona más abierta, donde José Luis, comentó que en Hoyo hay 7 vías pecuarias, unos 32 km y 135 Hectáreas, con diferentes problemas, la ocupación militar de los terrenos, tramos ocupados por carreteras, cortes por fincas particulares, pérdidas de su accesibilidad por la vegetación, etc. aunque como siempre, a veces es mejor que algunas zonas queden un poco perdidas, ante la voracidad de una población de Madrid que aumenta incesantemente, invade las zonas protegidas sin una mínima cultura de respeto a la naturaleza: disfrutarla sin transformarla, recorrer los caminos hechos y abstenerse de iniciar otros recorridos que degradan su valor ecológico y paisajístico. Iríamos al lado del Arroyo Manina que nace en Hoyo y desemboca en el embalse de El Pardo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Adentrándonos entre la vegetación, entre encinas, enebros, jarales, disfrutando de una mañana deliciosa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Más tarde, tuvimos otro «bocadito» de contexto sobre lo que nos rodeaba: Hoyo es la puerta del Parque, todo el territorio de Hoyo se encuentra protegido: 

– Zona A1 (reserva natural integral, la misma protección que La Pedriza) la parte oeste y suroeste del término municipal (lindando con El Pardo). 

–Zona A2 : reserva natural educativa (sierra de Hoyo). 

–Zona B1: parque comarcal agropecuario: el resto del territorio dejando aparte los núcleos urbanos, donde es compatible la ganadería, apicultura y caza. 

En la parte más alta de nuestro municipio hay encinas y alcornoques, en las más bajas abundan los enebros. En todo el bosque mediterráneo hay jara pringosa, tomillo, cantueso, torvisco etc… En cuanto a la fauna: Jabalís, zorros, buitre común, águila imperial y numerosos anfibios como en la charca de Los Camorchos, dentro del Inventario Nacional de Zonas Húmedas 2006 , pese a ser muy pequeño. 1 Ha, (sapo común, sapo partero, galápago leproso) .

Proseguimos el camino,  en el ascenso a los Altos de la Solana, encontramos una zona con colmenas.

 

 

 

 

 

Ramón García Ada, se extendió sobre los alcornoques, que aunque hay en la Comunidad de Madrid, no son importantes por la falta de precipitaciones además sobrellevar mal las sequías prolongadas y las heladas nocturnas frecuentes, los alcornocales peninsulares de mayor extensión están en Andalucía occidental (Cádiz, Málaga, Sevilla y Huelva), Extremadura y Girona. También comentamos que la industria del corcho (tapones, aislantes térmicos y acústicos, decoración, calzado, colmenas, etc.) hoy en día se ve reducida de manera considerable debido a los nuevos materiales que han ido surgiendo para idénticos fines. José Ignacio Cascajero Carnicer, se extendió sobre las zonas de la sierra de Guadarrama que cuentan con alcornoques. Es una verdadera fortuna, contar con las aportaciones de estos dos compañeros que amplían nuestra mirada sobre el mundo botánico desde perspectivas diferentes y complementarias.

Continuamos el ascenso hasta los altos de la Solana 

 

Nos comentaron, como se puede apreciar en las fotos, que hay grandes manchas de jarales marchitos, sobre los que no se ha encontrado explicación científica. La verdad, impresionaba; la extensión era muy considerable, poblada por ramas retorcidas, vestigios de un esplendor primaveral de otro tiempo, marchitada por una plaga desconocida, gritando sobre sus cenizas las ganas de resurgir cual aves fénix floreados.

Encontramos también un pozo. Descubrimos que era un pozo. Ya que la Comunidad de Madrid, hace tres o cuatro años, inició un proceso de sellado de pozos y bocaminas, que, si bien impide el acceso a los mismos, arrasa el patrimonio minero de la comunidad y los pozos que antes servían para abastecer de agua a animales en puntos aislados, sin ninguna consideración al patrimonio etnográfico y minero de estos puntos y con un impacto visual en el paisaje tremendamente bárbaro o bárbaramente tremendo, como prefiráis.

 

 

 

 

 

 

 

Ya estábamos a punto de culminar los Altos de la Solana, los estómagos reclamaban su porción de alimento, pero todavía quedaba un pequeño trecho, para ganarnos el refrigerio, tentempié, piscolabis, como lo quieras llamar. Las células reclamaban energía, no habían sido muchos kilómetros pero divisar desde lo alto el manto vegetal a nuestros piés, sirvió de catalizador para llegar al ansiado Alto de la Solana. 

Llegamos al alto, con un sol que nos daba la bienvenida. Allí nos solazamos dando cuenta de las provisiones.

Entre bocado y bocado, Lourdes, otra caminera geóloga, no contó brevemente la historia geológica del sistema central y sierra de Guadarrama.

La Sierra de Guadarrama está formada por rocas muy diversas (plutónicas, metamórficas y sedimentarias) caracterizadas por su gran antigüedad (Paleozoico y Mesozoico). Las rocas más antiguas son los gneises, mármoles y esquistos. En algunos casos, la edad de estas rocas metamórficas puede superar los 500 millones de años transcurridos desde su formación original como sedimentos en el fondo de un mar. Les siguen en antigüedad las pizarras y cuarcitas del norte de la Comunidad rocas sedimentarias originalmente depositadas en el fondo de un océano durante el Ordovícico y Silúrico.

Los granitos de la Sierra de Guadarrama son rocas plutónicas que se formaron en el Carbonífero,  una época en la que se formaron relieves que obligaron al mar a retroceder. Las montañas formadas durante esta orogenia se fueron erosionando durante más de 200 millones de años hasta que, en el Cretácico, la zona central de la Península Ibérica (Madrid y Segovia) quedó más o menos plana y volvió a quedar cubierta por el mar. De esta forma, durante el transcurso de algunos millones de años, se sedimentaron arenas, calizas y dolomías en las costas y mares tropicales que existían entonces en la Comunidad de Madrid. 
 

Las extensas capas que se depositaron en el fondo de este mar durante el Cretácico fueron después plegadas y fracturadas al levantarse el Sistema Central en el Terciario (Orogenia Alpina, hace unos 40 millones de años).

 En la Península Ibérica, la Orogenia Alpina se debió a una doble colisión: por un lado, la colisión de la Placa Ibérica con la Placa Euroasiática para dar lugar a los Pirineos, Cordillera Cantábrica y Cordillera Ibérica, y por otro lado, la colisión de la Placa de Alborán con las Placas Ibérica y Africana para dar lugar a las Cordilleras Béticas y al Sistema Central por el norte y al Rif Marroquí por el sur. 

Los torrentes y ríos que entonces, igual que ahora, bajaban de las montañas del Sistema Central, arrastrando sedimentos, éstos se depositaban y se iban rellenando las zonas bajas con dichos materiales. De esta forma, durante el Mioceno, en la región de Madrid existía una gran cubeta o cuenca de sedimentación que se iba rellenando con los sedimentos procedentes de los sistemas montañosos que la rodeaban.

En aquella época el clima era más cálido y árido que el actual, y los cursos fluviales que discurrían entre las montañas, al llegar a la zona llana de la cuenca formaban extensos abanicos aluviales con los materiales que transportaban. Como siempre ocurre en estos casos, los de mayor tamaño (gravas y arenas) se quedaban más cerca del área fuente, y los más finos (limos y arcillas) llegaban a las zonas de los lagos, colmatándolas gradualmente.

Aproximadamente dos tercios de la Comunidad de Madrid forman parte de esta amplia cubeta sedimentaria que los geólogos llaman la Cuenca de Madrid,

Toda la zona centro y sureste de la Comunidad pertenece a la Cuenca de Madrid, y en ella podemos encontrar dos grandes grupos de formaciones geológicas. El primer grupo, el más antiguo, lo forman los sedimentos predominantemente aluviales y lacustres depositados durante el ‘Terciario’, cuando esta cuenca estaba cerrada y sin salida al mar . El segundo grupo de materiales, que son los más recientes, está formado por sedimentos predominantemente fluviales depositados desde el Plioceno hasta la actualidad. En su erosión remontante, el río Tajo alcanzó la Cuenca de Madrid por el oeste y empezó a llevarse los sedimentos de esta zona al Océano Atlántico 

 

El sustrato de la franja central de la Comunidad de Madrid está compuesto por arcosas y conglomerados del Mioceno, originalmente depositados en abanicos aluviales procedentes de los relieves de la Sierra. En el tercio sureste de la Comunidad destacan los yesos y calizas depositados en lagos y charcas por la evaporación del agua o por la acción de seres vivos, y las arcillas y limos depositados también en los lagos y charcas, pero por decantación (caída lenta) del sedimento que llegaba en suspensión en el agua de los ríos y arroyos. 

Mirando a nuestro alrededor, interpretando el paisaje y las rocas y sedimentos que forman su sustrato, podemos comprender la historia geológica de la Comunidad de Madrid. 
 

La Sierra de Hoyo, desde el punto de vista tectónico, es un HORST, es decir, es un bloque levantado debido a los movimientos generados por un conjunto de fallas. 

A favor de las fallas que han afectado a la sierra de Hoyo se han producido mineralizaciones hidrotermales que han dado lugar a explotaciones mineras. El agua circula por estas fracturas, disolviendo los minerales y transportándolos. La presencia de sulfuros provoca que los minerales transportados precipiten dando lugar a concentraciones de mineral a lo largo de las fracturas (filones) 

 

En 1874 es la primera ocasión en que se tiene constancia de trabajos de minería en Hoyo. En el Diccionario de Madoz aparece un listado de las minas registradas de la provincia de Madrid, en Hoyo hay 14 minas declaradas: 3 de hierro, 2 de plomo, 5 de cobre, 1 de estaño y 1 de plata. 

Después de tan interesante charla, otra suerte contar con dos geólogos entre los camineros, comenzamos el descenso, completando la ruta circular y consumando la espléndida jornada.

Como siempre, gracias a todos los que habéis participado en la caminata, en especial  a los que habéis hecho que supiéramos mucho más de lo que nos rodea, a los que me facilitáis las crónicas con vuestras notas, vuestra fotos y, vuestro aliento. Un placer disfrutar de los caminos con vosotras y vosotros.