El camino de Las Zorreras,

después de muchos años usurpado,

vuelve a ser recorrido por hombres y mujeres del común.

 

Acudimos el domingo 26 de Marzo a la convocatoria para la reapertura del Camino de las Zorreras en el Escorial. Una mañana estupenda, recién estrenada la Primavera, con olor a esperanza, la esperanza de liberar un camino usurpado por unos individuos que piensan que tienen derecho a detraer del dominio público un camino, para el uso de sus intereses privados.

Era un acto en torno a la convocatoria de la III Jornada Nacional por la defensa de los Caminos Públicos y las Vías Pecuarias de la Plataforma Ibérica por los Caminos Públicos (PICP). En nuestro caso, el acto estaba organizado por El Ayuntamiento de El Escorial, y por las asociaciones Sociedad Caminera del Real  de Manzanares, Entorno Escorial, ALANA, Grupo Correcaminos, Madrid Ciudadanía y Patrimonio, La Peña, REVEN, Ecologistas en Acción, la Federación española de deportes de montaña y escalada (FEDME), etc, El acto era muy importante, ya que el pasado año, reivindicamos la apertura del camino pero no pudimos atravesarlo, ya que la sociedad que explota la finca colindante al camino, había interpuesto recurso en el Juzgado pidiendo medidas cautelares.

Así que en esta ocasión, esperábamos anhelantes el momento de volver a pisar un camino público del que se había apropiado, ilícitamente y desde hace muchos años, las sociedades con negocios mercantiles situados a los lados de dicho camino. Es decir, no sólo se había apropiado de un bien de dominio público, sino que habían impedido el derecho de libre circulación de los ciudadanos por el mismo. 

Desde luego, sin el firme propósito de la Corporación Municipal del Ayuntamiento de El Escorial, con María del Mar Hernández Sánchez, concejala de de Núcleos Territoriales a la cabeza, esto no se hubiera logrado. Me voy a detener en explicar, brevemente el proceso y la importancia de que las Administraciones Públicas sean responsables y consecuentes con sus obligaciones, siendo una de las más importantes cuidar, vigilar y conservar el patrimonio público. Esto es esencial, porque ha sido la clave para que este camino sea devuelto al patrimonio de los vecinos de El Escorial. Debemos tener en cuenta esta lección, ahora que dentro de poco podremos elegir a los componentes de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.

El proceso de recuperación del camino se inició con una moción del Grupo Municipal Socialista propuesta por Mara Hernández Sánchez solicitando la reapertura del Camino de Las Zorreras y la elaboración del catálogo de caminos públicos del municipio.

Esta moción fue aprobada con los votos de PSOE, UEE Y C’s, absteniéndose los grupos municipales de PP y VOX, con fecha 3 de marzo de 2021. Hay que recordar también, que anteriormente, la inacción de Ayuntamiento con mayoría del PP, al no realizar los actos pertinentes en los procesos judiciales, tuvo como resultado que no se declarase público otro camino, el camino de la Granjilla, con una consecuencia completamente diferente para perjuicio de todos los vecinos de El Escorial y los transeúntes en general.

Posteriormente al inicio del expediente de reapertura, han habido diferentes acciones judiciales de la Sociedad que usurpó el camino, hasta ahora desestimadas. Lo importante es que los ciudadanos hemos seguido reclamando el camino y el Ayuntamiento ha procedido con las actuaciones necesarias, incluso advirtiendo a la propiedad de las multas pertinentes, si continúan en su actitud de impedir el libre tránsito por el camino público de las Zorreras.

Después de esta introducción al importante tema que nos reunió el domingo (tal vez más larga de lo debido), procedo a contar como transcurrió la mañana en tan buena compañía, hombres y mujeres libres decididos a reclamar y utilizar lo que es público, oponiéndose a las pretensiones de aquellos que se lo impiden.

Nos juntamos en la estación camineros y demás convocados, cuando, Mauricio, Mara y José Luis, (por parte de Ayuntamiento de El Escorial y la Sociedad Caminera del Real de Manzanares) nos explicaron que la policía municipal nos escoltaría a lo largo del camino, para asegurarse de que no hubiera incidentes, nos repartieron unos folletos explicativos del camino y su documentación histórica, anunciándonos que después del recorrido tendríamos un pequeño festejo con animación de la banda Meridiano Big Band en el punto de información municipal de la plaza de los Arroyos. Comenzamos la marcha hacia la puerta que habían mantenído cerrada con candados, la gente se iba animando, expectante por conocer el transcurso de los acontecimientos. 

Llegamos a la puerta que el año anterior permaneció cerrada y, ¡albricias! estaba abierta, expedita de candados, ofreciéndonos el tan ansiado camino, abierto al paso. En la misma puerta desenrollamos de nuevo la pancarta, como flor abierta a un primavera sin caminos usurpados. José Luis procedió a leer el comunicado de la PICP, y se dijeron algunas palabra de agradecimiento los concejales que habían sido fieles servidores de lo público y a todos los presentes ya que por la persistencia de unos y otros, podíamos pisar los del común, de nuevo, este camino de las Zorreras.

Iniciamos el sendero tantos años prohibido, para descubrir una típica dehesa con sus hermosas encinas y sus prados, enmarcada por las montañas, destacando entre otros, el monte Abantos y las Machotas, custodiadas por el Monasterio de El Escorial, al fondo a la izquierda, con un techo azul, ese azul que tiene el cielo en la primavera madrileña donde el aire es tan trasparente y tan traslúcido que pareciera separarte y acercarte a su vez a todos los elementos en los que tu vista se fija. Un paisaje bellísimo que mucho antes que nosotros había servido de paso a otros paisanos, a rebaños al encuentro de la Cañada Real Segoviana y a tantos aconteceres como seres acogen estas tierras desde tiempos ya borrados de la memoria.

Disfrutamos del camino, de la compañía, incluso de los «vigilantes» que nos supervisaban y los señoritos a lo lejos, que incrédulos contemplaban a personas comunes (no clientes) que atravesaban el camino como quien invade «su terreno sagrado».

 

Transcurrió el paseo saliendo por la otra puerta que antes también permanecía cerrada con candado. Continuamos la marcha hacia la plaza de los Arroyos, donde tomamos el refrigerio amenizado por la banda.

 

Nos despedimos todos, alegres, habiendo destinado la mañana a un plan inmejorable, prometiéndonos que vigilaríamos que el camino de las Zorreras sigue libre al paso de cualquier viandante.

 

 

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