En una fresca pero soleada mañana nos reunimos ante la majestuosa iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Estrella de Navalagamella, para repetir una ruta ya realizada por la Sociedad, pero que tenía, además del siempre encantador bosque de ribera del río Perales, el incentivo de ver la reciente restauración del puente del Pasadero.
Empezamos el recorrido bajando hacia el sur, entre vallas de piedra que separan los campos y huertos de los habitantes del pueblo, hasta llegar a la conducción de agua del embalse de Picadas a Majadahond, del Canal de Isabel II.
Tras cruzar la M-521, cogimos la colada de Las Vegas y la colada de Valdeyerno, que desciende hacia el río Perales. En entre estas masas densas de encinas, nuestro querido compañero Ernesto Viñas aprovechó para explicarnos los intensos combates que tuvieron lugar en estos precisos lugares durante la batalla de Brunete.
Así llegamos, por senderos vericuetos, hasta el puente del Pasadero, de origen musulmán, y que formaba parte del camino de Navalagamella a Quijorna. Este puente es hermano de los de Alcanzorla, entre Galapagar y Torrelodoens, y del Grajal, entre Hoyo de Manzanares y Colmenar.
Caminando a lo largo del margen del río, pudimos disfrutar de la estupenda vegetación de ribera, contando además con las explicaciones de nuestro compañero Ignacio Cascajero. También pudimos divisar los restos de un par de molinos hidráulicos.
Tomando la colada de Valperdiz, llegamos hasta el embalse de la urbanización Cerro Alarcón, cuya historia nos contó nuestro compañero y guía, José Luis Soriano.