13 de diciembre de 2015
Hace pocas semanas, la Audiencia Provincial de Madrid dictó sentencia firme que confirma lo que la Sociedad Caminera lleva muchos años reclamando: que el Camino del Pardillo es un camino público, como demuestra sin lugar a dudas la numerosa documentación aportada por la Sociedad Caminera y otros testigos, que dejó bien claro que este ha sido desde por lo menos la Edad Media el camino carretero por el que se transportaban las mercancías entre Villanueva del Pardillo y Torrelodones, además de haber sido posteriormente adecuado en época de la construcción de la presa del Gasco. Esperamos que esta sentencia facilite la recuperación del tramo siguiente del camino, a su paso por la finca La Isabela, ya en el municipio de Las Rozas.
Y como para las celebraciones no hay nada mejor que la música, acogimos a los camineros que decidieron a venir con nosotros a hacer uso de ese bien público recuperado (unos 80) con el entusiasmo de La Charanguita, un grupo de músicos jóvenes de la Banda Municipal de Torrelodones, que animó con sus compases los primeros metros de nuestro recorrido.
Sobre el túnel del Gasco pudimos observar los escasos pero interesantísimos restos de posiciones defensivas republicanas que custodiaban el tren blindado que se alojaba en dicho túnel.
En la entrada, antes cerrada, al camino a su paso por la finca Panarras, Alberto nos contó la historia de esta singular casa, utilizada en más de una ocasión para rodar películas de terror, y que fue propiedad del marqués de Alhucemas, quien fuera jefe de gobierno en varias ocasiones. Ricardo explicó cómo estas tierras, gracias a la Desamortización, pasaron mediante testaferros y operaciones especulativas a manos de grandes terratenientes pertenecientes todos a la alta burguesía y la mediana nobleza, que instalaron aquí sus viviendas de veraneo y sus cotos de caza, y cómo son esas mismas operaciones especulativas con los terrenos, hoy en día con fines inmobiliarios, los que propician los cierres de caminos.
Bajando la Cuesta Blanca, así llamada por la veta de cuarzo blanco que la cruza, llegamos hasta el límite con el municipio de Las Rozas, de donde esperamos desaparezca pronto la puerta que cierra aquí el camino, y nos acercamos a ver la presa del Gasco, impresionante obra de ingeniería de la Ilustración, obra del genial ingeniero francés Lemaur, tomando seguidamente el canal de Guadarrama, obra perteneciente al mismo proyecto, y con el que se pretendía poder llegar navegando hasta Sevilla.
Ya no abandonamos este singular camino, que transcurre siguiendo la misma cota todo el tiempo, hasta prácticamente la estación de Las Matas, por medio de uno de los bosques de encina mejores conservados de la zona. El de hoy ha sido, sin duda, un paseo que nos ha producido a todos una especial alegría, al saber que lo que hemos disfrutado hoy vamos a poder seguir disfrutándolo con todas las de la ley, sin que puedan ponernos ya impedimentos.