Entrevista de MAS VIVE a Eulalia Ramírez Nueda, presidenta de la Sociedad Caminera del Real de Manzanares:

“Abrir los caminos públicos es una idea de futuro”

Eulalia Ramírez Nueda, profesora ya jubilada, es la nueva presidenta de la Sociedad Caminera del Real del Manzanares. Vecina desde hace muchos años de Torrelodones, asegura que su vida ha girado en torno a la educación desde muy pequeña, cuando en vez de a las casitas jugaba a los colegios, con los muñecos como alumnos. Una vocación, la de enseñar y aprender, que traslada a todas sus actividades, y que no podía haber encontrado mejor encaje que un colectivo que hace ‘camino’ y lucha para defender el Patrimonio y enseñarnos nuevas cosas sobre el presente y el pasado.

¿Cómo llegaste a la Sociedad Caminera?

Estoy desde el principio, desde las primeras reuniones. Tengo el carnet número 20. Participé en la conformación de Camineros, pero por motivos de trabajo, porque siempre me he volcado tantísimo en el trabajo que no me ha dejado vivir, estuve un poco apartada y cuando me hice el carnet, 19 ya me habían tomado la delantera. Me pareció un proyecto absolutamente atractivo, porque está en la línea de estudiar y difundir de una manera práctica. Somos una Sociedad Caminera, caminamos, pero no somos simples senderistas que hacemos ‘X’ kilómetros. Caminamos, estudiamos, difundimos el conocimiento y promovemos la utilización de los caminos públicos y todo el patrimonio que hay en su entorno.

Se os conoce más por esa faceta de defensores del Patrimonio…

Efectivamente. Es lo que hicimos cuando nos movilizamos para que se abriera el Camino histórico de Torrelodones a Villanueva del Pardillo. Es muy importante y además me parece que el hecho de que los caminos públicos estén abiertos es una idea de futuro, no solo porque son caminos históricos, sino porque son vías de comunicación entre los municipios. ¿Hay algo más ecologista y sostenible que un camino? ¿Hay algo más saludable que andar? Es algo que puede hacer todo el mundo, incluso personas que vayan en silla de ruedas o con otro tipo de discapacidad. Nosotros promovemos también otros valores que van mas allá de la Historia o el Patrimonio: la sostenibilidad, la ecología, la solidaridad, la integración… es la idea de enlazar el pasado con el futuro.

En esa idea de enlazar el pasado y el futuro, uno de vuestros éxitos ha sido la Presa del Gasco.

Sí, pero no somos los únicos que hemos trabajado para que por fin sea declarada Bien de Interés Cultural. Es una lucha de distintos colectivos. Lo que nosotros sí hemos hecho ha sido apremiar a los ayuntamientos, porque en el murallón de la Presa es donde se dan la mano Galapagar, Las Rozas y Torrelodones. La Presa del Gasco es de todos pero no es de nadie, y es la mayor obra de ingeniería hidráulica de Occidente en el siglo XVIII. Es un proyecto increíble, la primera vez que lo ves te crees que has descubierto las Fuentes del Nilo o algo así. Es algo que la gente tiene que conocer, todo el mundo queda completamente maravillado y admirado cuando la ve, parece imposible. Y eso que solo se construyeron 53 metros de los 95 proyectados. El muro podría haber tenido 250 metros de longitud de ladera a ladera. El Puente de Segovia no tiene nada más que 175 metros.

Una vez declarado el BIC, ¿qué pedís ahora?

Estamos muy preocupados por la seguridad del entorno de la Presa, es un muro de 53 metros en caída libre, es un sitio peligroso. La Presa está agrietada y hay pequeños derrumbes, sobre todo de la cantería que bordea la construcción del muro. De hecho, nosotros cuando hemos hecho salidas no hemos bajado al murallón porque nos da miedo. El último tramo del camino ya zizaguea en bajada, y alguien se puede escurrir y podemos tener un susto. Pedimos a los tres ayuntamientos implicados que aúnen fuerzas y desarrollen un plan de seguridad para los ciudadanos, de conservación y de protección. Y también, en la medida de lo posible, queremos conseguir un camino público de acceso a la Presa desde Galapagar, porque el acceso se hace a través de caminos privados. Hasta donde sabemos nunca se ha accedido desde allí, por lo que queremos que se estudie la posibilidad de abrir algún camino.

Háblanos de la nueva Junta Directiva.

Tengo que decir que en la Directiva soy una más, a la que le ha tocado figurar como presidenta, porque es preceptivo que haya una Junta Directiva. Somos un gran equipo en el que están Carlos Sanjuán, Carmen Luengo, César Pavón, Isabel García, Isabel Pérez, José Luis Soriano, María José Calvo, Mariano Gómez y Miguel Pascual. Estoy convencida de que todos somos imprescindibles y necesarios. Tenemos un geólogo, una historiadora y arqueóloga, un especialista en informática, un gran fotógrafo, una traductora… todo el mundo arrima el hombro y sumamos. Trabajar con esta gente es maravilloso.

¿Cuáles son los objetivos de la Sociedad para este año?

Queremos seguir colaborando con los ayuntamientos de la zona y fundamentalmente con el Ayuntamiento de Torrelodones, con el que estamos a punto de renovar el convenio de colaboración. Hemos tenido que suspender actividades, por culpa de la pandemia, como las conferencias o el CulturaFest. En el último que hubo hicimos un itinerario didáctico por el casco antiguo de Torrelodones, que tiene un patrimonio sin igual con varios Bienes de Interés Cultural, como la Atalaya. Seguramente haremos un convenio con el Ayuntamiento para que se pueda visitar el interior de vez en cuando, y nosotros haríamos esas visitas muy gustosos. También les hemos entregado ya nuestra propuesta de conferencias para el año 2022, y tenemos el proyecto de colaborar con otras asociaciones, como el Ateneo de Torrelodones.

Otro de los elementos del Patrimonio local es el Palacio de Canto del Pico.

Hemos visto como había allí un patrimonio riquísimo y es una pena que no se esté cuidando. Se está expoliando, vemos que se está dejando caer, arruinarse y cuando ya no quede más remedio que tirarlo… es una pena que no lo estén utilizando los ciudadanos de Torrelodones. No se nos puede olvidar que desde allí se ven entre 34 y 36 pueblos de la provincia de Madrid y fue cuartel general de la Batalla de Brunete por eso mismo. Allí estuvo el General Miaja, allí murió Antonio Maura. Lleva décadas olvidado por historias que se nos escapan. No podemos olvidar además que no es solo el edificio, es todo el terreno que lo rodea, una finca inmensa con una riqueza botánica y geológica increíbles, y que tenía un inmenso jardín, creado por el Conde de Las Almenas, del que lo poco que queda es espectacular.

Información de Mabel Cazorla https://www.masvive.com/noticia/14358/torrelodones/eulalia-ramirez-nueda-presidenta-de-la-sociedad-caminera:-abrir-los-caminos-publicos-es-una-idea-de-futuro.html

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