29 de Mayo de 2022: Descubriendo los secretos de Becerril de la Sierra.
Nos encontramos temprano, antes de la hora habitual, pues no hay que desafiar los calores prodigados estos días, que, aunque pertenecen a la primavera, a veces se transmutan en fechas veraniegas a tenor de las subidas del mercurio en las horas centrales. Al otro lado de la carretera se escondía una hermosa pradera vestida de morado, donde la “vivorera” (Echium vulgare) extendía su manto ante nuestra vista.
Comenzamos el ascenso por un camino, al principio ancho, y muy cómodo, para luego estrecharse y dificultarse en alguna medida por las piedras sobre el terreno y el ascenso que iba tomando más empaque. El tiempo era inmejorable y las vistas colmaban con creces el pequeño esfuerzo que el terreno nos exijía.
Por fin llegamos, atravesando los pinares hasta el Alto del Hilo. Allí disfrutamos de las preciosas vistas, divisando al fondo el Cerro de San Pedro y el embalse de Santillana, la Pedriza, más a nuestra izquierda, la Maliciosa, el Valle de la Barranca, la Bola del Mundo. La Sierra de Guadarrama , preciosa, ante nuestros ojos.
Allí, el compañero Ramón García Ada, nos comentó, tras una breve reseña geológica de los granitos y gneises de la Era Primaria o Paleozoica que conformaban el paisaje, que los abundantes enebros de la miera (Juniperus oxycedrus) presentes en la zona estaban afectados con frecuencia, por una planta parásita o muérdago, de pequeño tamañoGr (Arceutobium oxycedri) que terminaba por secar ramas o incluso arboles enteros.
También comentó que uno de los líquenes más frecuentes en la corteza de los pinos guadarrámicos (Pseudoevernia furfuracea), junto con algunas otras especies, a menudo eran impunemente expoliados masivamente sin ningún tipo de permiso o licencia para la obtención de ácidos liquenicos, muy apreciados en la elaboración de perfumes.
A continuación explicó que los líquenes viven prácticamente del aire y que, por tanto, son muy sensibles a la contaminación atmosférica; por ello, nunca se ven líquenes en el interior de las grandes ciudades y desde hace años se confeccionan listados de distintas especies, según su grado de sensibilidad a este tipo de contaminación, para la evaluación de la misma. También habló del lento crecimiento de estos seres vivos, que en el caso de los líquenes crustáceos -que viven totalmente adheridos a la superficie de las rocas- solo es de 0,2 mm/año por término medio, y su papel como seres vivos pioneros en la colonización inicial de rocas y otros sustratos desnudos.
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Admiramos embelesados la belleza que nos rodeaba, comentando la nube de polen de pino que se movía por la ladera del valle de la Barranca.
Continuamos el camino, descendiendo por pequeños senderos entre la vegetación a los pies del Cerro de Las Cabezas, admirando jaras pringosas que van asociadas a encinas y jaras de hoja ancha, asociadas a robles, helechos águila, robles, etc., divisando al fondo el embalse de Navacerrada .
Divisamos los Cerros del Castillo y Cabeza Mediana (o Cerro del Telégrafo), continuando el camino. Nos tomamos un momento de respiro al cobijo de unas formaciones graníticas, donde almorzamos un piscolabis hasta la promesa de la cerveza final en La Gabarrera.
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Continuamos descendiendo por senderos hasta llegar al embalse de Navacerrada.
El agua siempre refresca, aunque sea sólo con su contemplación. Lo ladeamos, encontrando masas de robles y un gran pinar con zonas de recreo, mesas y bancos en las que poder disfrutar de una merendola observando las tranquilas aguas.
También encontramos una fuente, que bien nos hubiera venido, si no fuera porque estaba seca, y no pudimos refrescarnos. A esas hora el calor se había hecho presente y lo que apetecía era remojarse, por dentro y por fuera. Continuamos el camino ascendiendo hasta las inmediaciones del collado de Las Cabezas para ya, regresar hacia el punto de partida.
En el último tramo del recorrido, después de rebasar el embalse, a propuesta de Ramón, nos detuvimos para conocer el rapónchigo, rapunzel, campanitas o campanillas (Campanula rapunculus), cuya raíz puede consumirse como aperitivo en ensaladas; sus hojas también se usan en algunos platos de comida italiana.
La cerveza nos iba llamando para facilitar los últimos metros del recorrido que tuvieron su fresca recompensa en “La Gabarrera” . Cooperativa de interés social que aporta sus
beneficios a proyectos de desarrollo comunitario e inclusión social. Es la única cervecería ecológica artesanal en la Comunidad de Madrid, funciona bajo criterios de Comercio Justo, de proximidad y economía circular. Nos estuvieron explicando su proyecto y degustamos varias de sus cervezas, con nombres de lugares del entorno: Maliciosa, Samburiel, Siete Picos, etc. Os facilitamos el enlace, porque es conveniente tenerlo a mano.
https://cervezasgabarrera.com/la-cooperativa/
Por fin nos despedimos hasta el próximo encuentro, pensando que es una buena idea despedir así una jornada estupenda con la compañía excelente de los amigos camineros.
Gracias a todos los que habéis colaborado en la elaboración y transcurso de la ruta, Miguel, César, a los que nos habéis aportado vuestros conocimientos, Ramón, Ignacio, Pilar, a los que habéis ofrecido vuestras fotos, M. José, Rosa, César, y a todos y todas en general, porque con este equipo tenemos asegurados muchas más jornadas de disfrute y conocimiento.